Monseñor Rodríguez fue el tercer hijo de matrimonio formado por Celedonio Rodríguez García y Benigna Rodríguez Álvarez, nació el 5 de Junio de 1902 en una pequeña aldea llamada Jacebanes, provincia de Orense, España.
En 1911, Antonio partió para Santa Fe junto a su madre y hermanos. Cuando solo tenia 14 años escuchó el llamado de Dios e ingresó al seminario, gracias a la imprescindible colaboración económica de la familia del Padre Maxwell. Fue ordenado sacerdote el 19 de Diciembre de 1925 y celebró su primera misa dos días mas tarde, en el santuario de Ntra Sra de Guadalupe.
En su ejercicio apostólico, utilizó todos los medios a disposición para proclamar la verdad cristiana. Fueron varios los trabajos que realizo; como secretario privado del Obispo Mñor Juan Agustín Boneo hasta 1932 y fundador del periódico “La mañana”. Pero éstas y otras actividades no producían los frutos que él esperaba. Por eso, advirtió la necesidad de integrarlas en una unidad que pudiera trabajar en forma programada y conjunta los aspectos sociales y espirituales de la comunidad.
Su incansable amor al prójimo fue una de las enseñanzas que nos ha dejado, sostenía que cuando existe amor a Dios y a nuestro prójimo, es posible el desarrollo humano de las personas y la satisfacción de la mayoría de sus carencias. Cuando ese amor está al servicio de los más necesitados, le da vida a nuestra alma y fuerza al Espíritu para realizar tod aquello que es agradable a los ojos de Dios. Fue un hombre de gran sencillez y humildad admirable.
Falleció el 10 de Junio de 1992, sus restos descansan en el atrio de la Parroquia Virgen de los Pobres y Beato Ceferino Namuncurá.
El Complejo lleva el Nombre “Ceferino Namuncurá” por la devoción al cacique Araucano, siendo una herencia del vínculo que el Padre Rodríguez mantenía con los sacerdotes Salesianos, el mismo se conformó con las siguientes instituciones:
*1962: Escuela Primaria Nocturna de Adultos Nº 1159
*1966: Escuela Media Nº 2025
*1967: Jardín de Infantes Nº 1215
*1973: Escuela Primaria Nº 1225
Su incansable amor al prójimo fue una de las enseñanzas que nos ha dejado, sostenía que cuando existe amor a Dios y a nuestro prójimo, es posible el desarrollo humano de las personas y la satisfacción de la mayoría de sus carencias. Cuando ese amor está al servicio de los más necesitados, le da vida a nuestra alma y fuerza al Espíritu para realizar tod aquello que es agradable a los ojos de Dios. Fue un hombre de gran sencillez y humildad admirable.